El viernes 13 de enero de 2012 el barco encalló en las aguas de la Isla del Giglio, Italia, dando lugar a la evacuación de más de 4200 personas a bordo. Al menos 15 pasajeros murieron y al menos 17 desaparecidos, de los 4229 pasajeros. Las causas de este siniestro todavía están siendo estudiadas; el capitán y el primer oficial han sido arrestados debido a que se cree que ellos causaron el accidente.
No hay cifras exactas de los muertos y desaparecidos, ya que aparentemente a bordo había personas sin registrar.
El buque permanece varado y semihundido frente al puerto.
Las pérdidas económicas se calculan en torno a los 93 millones de dólares, desconociéndose aún si se puede considerar el buque completamente perdido. El 16 de enero, la empresa holandesa SMIT comenzó las tareas de extracción del combustible del buque para evitar el derrame,estimándose que serán precisas tres semanas para la extracción de las 2380 toneladas de combustible que portaba. Se están llevando a cabo todo tipo de especulaciones sobre el capitán que gobernaba el buque, Francesco Schettino. Según declaraciones del mismo, se quedó en el buque y salió el último del barco. Investigaciones llevadas a cabo demuestran que abandonó el barco entre los primeros y engañó al comandante del puerto de la isla de Giglio. Actualmente, Schettino se encuentra en arresto domiciliario e imputado por tres delitos.
La compañía ofrece una indemnización por persona de 14 000 euros (Esa cifra comprende 11 000 euros de pérdida de equipaje y daños psicológicos, más 3000 euros para cubrir los gastos de los pasajes del propio crucero). Para aquellos que sufrieron daños físicos o en el caso de las víctimas mortales se llevarán a cabo negociaciones individuales.
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